Todo lo que no hace ruido
Estos días han ido apareciendo en diferentes medios escritos artículos con dos términos en común: el silencio y el ruido. Si atendemos a la segunda definición de silencio según la RAE, falta de ruido, tendremos la llave para sumergirnos en el artículo de origen argentino donde se nos invita a adentrarnos en el silencio como un ejercicio de auto-comprensión aliviándonos del ruido que nos rodea. El silencio como una actividad liberadora de ruido. Una dualidad manida que podemos extenderla a modo de mapa. Así, si queremos, de camino a ninguna parte, podremos pasar por la escucha y por la atención, dos barrios de esas dos grandes ciudades llamadas silencio y ruido.
Éste mapa, tan particular, tiene la capacidad de ser diferente para cada uno de nosotros, conscientes o no de ello somos quienes lo construimos de forma activa y pasiva. Desde la formación de nuestro oído hasta el uso que le damos hoy hemos ido dibujando nuestras propias carreteras, puede que como buenamente sabemos. Resulta que hay quien ha descubierto que el ruido es uno de los síntomas reveladores del miedo, entendiéndolo como inseguridad. Una afirmación abierta a posibles interpretaciones, como todos nuestros mapas.
Artículos referidos: Ruidos y silencios, Silencio: recogerse, Viaje al Silencio.